Por la época en que Buda encuentra su original vía en la India, aparece en China un hombre, Confucio, cuya obra sigue conservando toda su fuerza en el Oriente contemporáneo. Del individuo (551-479 a.C.) no sabemos apenas nada, a no ser algunas anécdotas legendarias. En un período agitado de la historia china, cuando reinan la corrupción, la opresión y la tiranía de los poderosos, toda una clase de ilustrados intenta volver a las fuentes de las tradiciones ancestrales desaparecidas. Confucio es uno de ellos. Pretende, sobre todo, suministrar bases morales nuevas a la sociedad de su tiempo. En sus enseñanzas se esfuerza, en primer lugar, por restituir al lenguaje su fuerza primitiva, así como por definir las ideas maestras sobre las que la comunidad podrá volver a encontrar su coherencia, reflexionando sobre las experiencias del pasado. «De la misma manera que en un espejo se pueden ver los objetos, de la misma manera, y gracias a la antigüedad, se conoce el presente.» A...